lunes, 21 de julio de 2008

Sin reservas (I)

La idea era hacer una escapada a la playa, por la cosa de volver un mes escaso después de la última vez. Pero esta vez debía ser "nuestra playa idílica de Melides, Portugal" (<http://maps.google.es/maps?ll=38.12881,-8.792194&z=18&t=h&hl=es).
Es un lugar poco , o mejor dicho, nada evolucionado turísticamente hablando y para los sibaritas del turismo de masas poco práctico, tosco y tercermundista, pero otro día me meteré en esta faena. Hoy sólo quiero referirme a él de soslayo, puesto que nuestra ruta cambió en cuanto nos enteramos de que nuestra escaladora "tenía que" ir a hacerse unas vías (¡!) a Portinho da Arrábida, justo al lado de Setúbal.
La reserva autocaravanera la cambiamos al instante. Dicho y hecho.
Google Earth, Autoroute y localizado el lugar, coordenadas, TT y 23,20 € de peaje.
Atravesar la ciudad de Setubal y unos kilómetros de estrecha carretera con cientos de lanzas en forma de ramas de árbol que intentan ensartarte la AC en el mínimo descuido, además de centenares de coches aparcados a los lados de la carretera fueron nuestras últimas dificultades. El parking visionado desde el GE estaba delante de nosotros; eso sí, con mucha m´´as pendiente de la que necesitábamos.
Tras una avanzadilla a pie, decidimos dejar caer nuestra AC cuesta abajo una vez que el parking se despejó. El reconocimiento nos permitió buscar un buen sitio para pernoctar, siendo lo más respetuoso posible con los usuarios que seguro que al día siguiente se arremolonarían alrededor de nuestra AC. Imposible utilizar un sólo parking, dos y un trozo de la calle, pero como estábamos al final no molestaba. http://maps.google.es/maps?ll=38.12881,-8.792194&z=18&t=h&hl=es

Prácticamente de noche, nuestras escaladoras aparecieron y tras ellas, uno, dos, tres, ... cuatro, cinco vehículos, todos compañeros de faena, amigos, que en los más variopintos vehículos terminamos haciendo un campamento sioux. La noche ya había caído totalmente. No es literatura, pero la luna llena brillaba en lo más alto.

Gentes preparadas no sólo para escalar, sino también para vivir su afición. Gente joven, sana que se dedica a un deporte que, tras ver las fotos que hicieron se arriesgan algo más que un futbolista, por usar el nombre de otro deportista. Prepararon su vivac en un abrir y cerrar de ojos. ¡Dios mío! me decía, estos si que acampan donde van y nosotros preocupados porque habíamos visto pasar a la Policía hacia la playa.
Nos temíamos un botellón, pero el asunto no pasó de unas risotadas, mientras que usaban la calle del parking como dormitorio. Metidos en sacos de montaña se dispusieron a pasar la noche, PERNOCTANDO, porque estaban rendidos.

A la mañana siguiente, la imagen quedó plasmada. Caía unas ligeras chispitas, pero los durmientesalraso seguían como si tal cosa.

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