jueves, 4 de noviembre de 2010

En recuerdo de viejos tiempos

El último viaje que hicimos juntos, los seis, los suegros, los primos y nosotros, fue allá por 1990.
La ruta fue larga en kilómetros y corta en tiempo de viaje, alrededor de 16 días. Nos fuimos hasta los Países Bajos en dos coches y dos tiendas de campaña. Fueron tiempos felices con los clásicos utensilios de acampada y con unas ganas locas de conocer otros países y otras gentes.

Veinte años después, con bastantes menos kilómetros y sólo dos días y medio, hemos vuelto a reunirnos para hacer una pequeña ruta con un pie en Portugal y otro en España. Algo más de 400 kms hasta Villaviçiosa, Portalegre, Castelo de Vide, Valencia de Alcántara y Alcántara.
Dos días y medio en dos autocaravanas veinte años después. Una nueva manera de viajar, pero con la misma intensidad y las mismas buenas y queridas personas de siempre.

Nuestra primera pernocta (N 39º17'11" W 7º15'52") y acorde con los días transcurridos fue junto a la pared del cementerio de Portalegre. No pudimos encontrar mejor sitio. Si esto lo aderezamos con una noche lluviosa y ventosa, con una visita nocturna por las calles sollitarias y laberínticas de esta ciudad portuguesa, que hicieron que nos despistáramos en nuestra vuelta a las ACs y una pregunta sin intención, pero muy apropiada por el día celebrado a una pareja de portugueses, tenemos el menú perfecto para conmemorar el Día de los Difuntos
¿Qué cuál fue la pregunta? Por favor, ¿dónde está el cementerio?. Con la postilla: "Es que tenemos allí nuestras casas".
Quizás os imaginéis la cara de sorpresa de aquellos dos.

La segunda pernocta (N 39º43'16" W 6º53'30") fue junto a un monumento que bien podía Napoleón haber dicho aquello " ... dos mil años os contemplan ...", ya que dormimos plácidamente junto al Puente de Alcántara, construido por los romanos hace casi dos mil años y, allíe está, todavía en pie después de las mil y una batallas que ha visto a lo largo de los años y los mil y un intento de destrucción sufridos.
Es un parking de vehículos en la entrada sur del puente que, incluso, tiene un grifo por si en un momento dado tenemos que coger agua. No está adaptado a nuestros utensilios, puesto que es plano, pero puede servir para un caso de emergencia. No hay ningún lugar apropiado para evacuar ni aguas grises, ni negras. La Guardia Civil pasó un par de veces por allí. Aviso a navegantes.

El viaje lo terminamos con una opípara comida campestre junto a un pequeño lago artificial a la entrada de Arroyo de la Luz.

Perfecto Puente del 1 de noviembre.

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