Terminas por creer que los hijos siempre han estado, están y estarán contigo por siempre jamás, pero es mentira, llega el momento y se van, de verdad que se van, que ya no quieren casi nada de nosotros.
Los expertos en psicología dicen que los padres entran en un estado de morriña llamado Síndrome del Nido Vacío que consiste en que se echa mucho de menos a los hijos y esas cosas. Pues claro, cómo no se va echar de menos a aquéllas que has cuidado durante toda su vida hasta ahora, a aquellas que has abrazado, achuchado, acunado, reñido, bañado, dado de comer, vestido, consolado, en definitiva, AMADO CON LETRAS GRANDES.
Pero, se van, sí, se van, parece que te abandonan, pero, no, sólo desaparecen de tu vista durante más tiempo que antes; ahora ya son días, a veces, semanas. Llegará un día que, incluso, sean meses. Y nos descubriremos diciéndoles aquéllo que me dice mi madre ahora: "Hay que ver hijo no vienes a ver tu madre, pasando por la puerta todos los días".
Es ley de vida, amigos.
Pero mientras, que eso llega, aprovechemos las circunstancias. Que tardan en venir dos semanas, pues el finde del medio a corretear por esos mundos de Dios montado en nuestros yates de carretera.
Eso sí, a la vuelta nos pasamos por Plasencia y comemos con Lucía.
Es verdad que casi nos abandonan, pero nosotros no somos capaz de dejarlas en paz.
¡Que le vamos a hacer!
http://www.youtube.com/user/BLOR1958
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